Viajar en tren, andar por Retiro, siempre me pareció una buena oportunidad para observar, para mirar más allá. Ayer, volví a hacer esos viajecitos que antes solía. Y vi caras, caras de personas gastadas, caminando entre la mugre, caras de personas que duermen mal, cabecitas, que trabajan mucho, por poco, que no tienen ganas ni tiempo de pensarse. Muchos, maltrechos, apretados, humillados, vulnerados seguramente en todos sus derechos, cansados, sin darse cuenta del cansancio que llevan, de años, de siglos. Muchos, que a las 10 habrán abierto sus puertas, y habrán mirado tele, o tomado alcohol. O mujeres que volverán a ser humilladas por hombres. Y chicos.
Mientras escribo esto, un senador, muy rubio el, habla.
Mientras escribo esto, un senador, muy rubio el, habla.
1 comentario:
Saludos desde México.
Tb me gusta viajar y observar a la gente aunque no siempre me guste lo que veo.
Uno de mis sueños es viajar en tren, espero hacerlo este año, es tan depurante el sólo sonido del tren.
Lindo post.
Jana.
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