Miércoles 16 de febrero de 2000
Estoy en Sevilla en el Hotel Don Paco. Casi, casi pensé que había perdido mi agenda/diario. Casi muero cuando vi que sólo me traían un bolso a la habitación.
Hoy fue un día largo. Empezó la excursión (¡Ay! Me muero de ganas de hablar por teléfono). Espero acordarme de todo lo de hoy, incluyendo a Gonzalo, el pinochetista.
Alguien me preguntó si la compañía de viajes se llamaba Senil Tours. Pues, no le erraba demasiado.
Uf, no tengo ganas de escribir.
Jueves 17 de febrero de 2000
No me lo puedo creer. Estoy tomando un café en el Centro Cultural en Sevilla frente a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, a la que por supuesto voy a entrar. Deberé tener buena memoria para resumir lo de ayer. Ya acabé mi primer rollo de fotografías.
Pues bien: en el día de ayer 15 de febrero salimos temprano para Córdoba. Previo pasar por una venta manchega cerca de Bailén (procuraré conseguirme un mapa de España para ubicarme mejor). Viajamos hasta las tres de la tarde y llegamos a Córdoba. Siempre supe que los andaluces eran agrandados y exagerados pero nunca supuse que tanto como el guía local (Luis). A saber, según él es la ciudad más importante del mundo. Sólo le faltó decir que ahí había nacido Gardel. Lo cierto es que es impresionante ver la mezquita y la Catedral. Impresionante los trabajos en mosaicos del techo. Pero lo que más me llama la atención es la mezcla árabe y cristiana. Creo que si uno fuera a rezar no sabría a quien hacerlo. Entonces mejor ya no le recé a nadie. Sólo los ojos de uno se pueden llevar la verdadera imagen. De todas formas saqué fotografías. De Córdoba no había mucho más que ver, aunque para mí todo lo es. Lo que más disfruto es caminar sola, como ahora. No la voy con eso de turista comprando abanicos. Y la mayoría lo hace. Pero son pintorescos. Procuro olvidar pronto las pavadas que escucho, generalmente femeninas; pero esto pasa sólo porque los hombres son más callados.
Me olvidé lo del chileno: resulta que cuando subimos al bus en Madrid (ahora estoy dentro de la facultad porque el bar del centro Cultural cerraba) me tocó el asiento al lado de un señor que resultó chileno y pro Pinochet. ¡Oh no! Justo a mi ese castigo. Así que estuvimos discutiendo un ratito. Claro, empezó diciendo que ahora Chile no estaba tan bien como antes y que cada vez estaba peor. Parece realmente mentira. Me dio asquito, pero después miré por la ventanilla y se me pasó. Ni Pinochet podría empañar este momento. Demás está decir que después me cambié de asiento.
Ahora que miro a mi alrededor hay unos cuantos con cara de loquito y loquita.
Bueh, después de Córdoba y de todo lo que aprendimos con el guía que le explicó a Clinton la importancia de su ciudad para la medicina y los números arábigos, y de orar una oración en árabe, seguimos viaje a Sevilla, adonde llegamos a las siete más o menos. Ahí en el Hotel Don Paco (como el negro) tuve un percance, que ya comenté con mi mochila, ya que Bernant (¿se escribirá así?) se la olvidó en el bus.
Gustavo: las aceitunas que probé son horribles, hasta ahora, supongo que es una cuestión de gustos. No olvidaré tu pedido, pero será al final del viaje para no cargar con ella.
Ayer cenamos en el Hotel, es muy lindo. Ya le sacaré una foto a la habitación. Es autoservice y la comida, como hasta ahora, espectacular (los chicos que están al lado mío están hablando de champúes y suavizantes: ¡qué desilusión! ¡Estudiantes de Bellas artes!).
En fin, prosigo. Después de cenar fuimos a caminar un ratito. Me fascinan los bares, los de Madrid y los de acá. Casi todos hombres en la barra tomando, fumando y hablando hasta tarde, aún días de semana. La verdad no me da nada de miedo salir de noche por estos lares.
De la gente del grupo no voy a hablar porque no hay mucho que decir. Lo dicho: son pintorescos. Son turistas. Qué se le va hacer.
Hoy salimos temprano al City Tour. Fuimos al barrio Santa Cruz (una belleza) con sus callecitas, balconcitos, azulejitos (¿o deberé decir azulejitos?) calles empedradas y los negocios en los que un cacharrito sale 5000 pesetas (pero si parecen argentinos por lo avivados). En este momento estoy a pleno sol.
Luego, la Catedral de Sevilla, con su Giralda y otra vez, mezquita, Iglesia católica, arte morisco, visigodo, gótico, renacentista, barroco y me hice un lío que creo que me voy a hacer judía en cualquier momento (cierto que yo era atea). Me olvidé que el barrio de Santa Cruz era antiguamente el Barrio de los judíos (judería). Lo que no hice fue la excursión opcional al Alcázar y la Plaza de toros. Ya es suficiente. Esta noche iré a un espectáculo flamenco. Me gustaría mucho más meterme en un bar de noche, pero sola no me da. Una tiene sus límites. La próxima.
En un ratito almorzaré en le Hotel con mis compañeros de viaje.
Por cierto: ninguno sabe la letra de Las manos mágicas. Un escándalo ciertamente.
Nuki: encontré un regalo para vos, que de la emoción se te van a poner los ojos redondos.
Padre: espero recuperar el CD. En Barcelona algo conseguiré.
Madre: tenías razón: la piedra era blanda.
Comí carnecita con patatas fritas. Rica, muy rica. Hasta ahora la comida, de lo mejor.
En realidad no estoy durmiendo nada. Quiero seguir y seguir y seguir. Estoy feliz de estar acá. Aunque extraño Madrid.
Hoy por la tarde no estoy haciendo demasiado. Revisé mis e-mail y mandé algunos. Compré un sobre de plástico para guardar papeles recolectados y ahora estoy frente al Hotel pretendiendo tomar un café con algo dulce.
1 comentario:
QUE HERMOSO.!!
YO TUVE LA OPORTUNIDAD DE VIVIR EN ESPAÑA EL AÑO PASADO, Y FUE UNA EXPERIENCIA INCREIBLE, EXELENTE GENTE, HERMOSOS LUGARES Y BUENA COMIDA... JEJE
DISFRUTALO. Y RECUERDA CADA MOMENTO.
ABRAZO!
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