
Sábado 12 de febrero de 2000
Llegué a Madrid a las 21.00 hora local y la verdad es que no me impresionó para nada Barajas. Confieso que en cambio lo que sí me impresionó fue el inodoro automático de Ezeiza. Es increíble las cosas que inventan. Antes de bajarnos del avión, un señor con acento francés dijo:
- Esta es una aegolínea de miegda. Una aegolínea del tegcer mundo.
Y yo pensé: el tercer mundo no existe más, porque ya no existe el segundo. ¿Qué habrá querido decir? Quién lo sabe...
Me encantó la entrada de Madrid. Es personal y a la vez familiar. Me parece que en cualquier momento aparece Sabina y me dice:
- Che flaca dame un faso.
El taxista que me llevó al hotel Persal, muy simpático. Resultó tener una cuñada argentina y venía escuchando al antedicho.
El viaje en avión, todo bien. Hoy descanso, mañana madrugo y hago el city tour. Me siento rara sola, pero no me disgusta. ¡Ah! El conserje es igual a Yickie.
Llegué a Madrid a las 21.00 hora local y la verdad es que no me impresionó para nada Barajas. Confieso que en cambio lo que sí me impresionó fue el inodoro automático de Ezeiza. Es increíble las cosas que inventan. Antes de bajarnos del avión, un señor con acento francés dijo:
- Esta es una aegolínea de miegda. Una aegolínea del tegcer mundo.
Y yo pensé: el tercer mundo no existe más, porque ya no existe el segundo. ¿Qué habrá querido decir? Quién lo sabe...
Me encantó la entrada de Madrid. Es personal y a la vez familiar. Me parece que en cualquier momento aparece Sabina y me dice:
- Che flaca dame un faso.
El taxista que me llevó al hotel Persal, muy simpático. Resultó tener una cuñada argentina y venía escuchando al antedicho.
El viaje en avión, todo bien. Hoy descanso, mañana madrugo y hago el city tour. Me siento rara sola, pero no me disgusta. ¡Ah! El conserje es igual a Yickie.
Lunes 14 de febrero de 2000
Aquí estoy en los Madriles y ¡no lo puedo creer! Esperando en Pullmantur para salir de excursión. La verdad no sé ni adonde voy y eso es lo que más me gusta. Me pongo un poco loquita con la plata, las tarjetas y eso. Pero si pierdo algo lo pierdo y listo. Me caen bien los “gallegos”.
Espero recordar que saqué una foto en la calle Espoz y Mina y otra en la calle Arenal a una librería (Ginés). Estoy acá esperando mi excursión a Toledo, mirando hacia el Palacio Real, al que todavía no entré. Me da un poco de impresión siendo plebeya Pienso que si Menem fuera español, viviría acá (en estos momentos estoy en la Plaza de Oriente y me está tratando de levantar un señor de unos 65 años, que buen nivel el mío; debería haberle dicho: Nou hablou espaniol).
Mañana quiero caminar todo el día. La excursión a Madrid me mareó. Tanto que pasamos por la Cibeles y miré para otro lado. Quiero ir al Palacio Real, a la Gran Vía, a cambiar plata, etc., ¡ah! Y a los lugares que me dijo Jorge.
Me siguen cayendo simpáticos los lugareños. Por suerte me saqué de encima al señor.
Me olvidaba: comí jamón asado con menestra de verduras y patatas fritas. Pa´chuparse los dedos, hombre. ¡Qué riquito! Y en un barcito de paso. Creo que mi paladar disfrutará mucho estos días.
Me enamoré de Toledo y juro que volveré.
I: averígüeme cuánto exactamente nos correspondería de las regalías urgentemente.
El día de hoy me da la sensación que dura 48 horas.
Descubrí que los argentinos no somos los únicos toscos, también los hay italianos, portugueses (¿o serían brasileños?)
Toledo es de película y no precisamente española. Ya lo decidí: cuando llegue a Buenos Aires empiezo a hablar de Tu.
Ellos tendrán el Prado, pero nosotros tenemos a la Pradón.
Martes 15 de febrero de 2000
Quisiera recordar todos los lugares donde he estado (ya se me pegó). En Madrid: el barrio árabe (¿era así que se llamaba?) , la parte más antigua de Madrid, el paseo del Prado, la Gran Vía, la Castellana, el Parque del Retiro, la Casa de campo. Pasé por la puerta de Alcalá, de Toledo.
En Toledo: la Catedral (impresionante, lástima que no se pueden sacar fotografías). Me dio no sé qué preguntar si todo lo que brillaba era oro; seguramente en esa época no habría pobres... La Sinagoga/mezquita/Iglesia de Santa María Blanca. El entierro del Conde de Orgáz. El Monasterio de San Juan. Pero que lo que más me gustaron fueron las calles, la sensación de historia a cada paso.
Ahora estoy en el comedor del Hotel Persal. Nada que ver con el folleto. Está remodelado.
Hoy caminaré, caminaré, caminaré y mañana: Sevilla.
¡Ah! Ayer a la noche comí tortilla (lo que nosotros llamaríamos omellette) de gambas y espárragos con ensalada mixta y natillas con canela. Una preciosidad. ¿Quién dijo que sólo en Argentina se come bien? Empiezo a sospechar que no vivo en el mejor país del mundo.
¿Cómo será vivir acá, sin saber nada de Marcelo Tinelli, de Guillermo Andino, de Graciela Alfano? Acá yo estoy comiendo en un “fas fu”. Acabo de darme cuenta que ayer estuve en el mismo lugar que hoy pero de atrás (Plaza de Oriente). Claro, no podía ser que hubiera dos Palacios reales. No entré, me da cosa pagar. Quizá a la tarde sea más dadivosa con el estado Español.
Pregunté en un locutorio de Telefónica si había acceso a Internet y no, no había. Mala suerte. Me dan más ganas de hablar por teléfono que de mandar e-mail.
Hoy bajé al subte pero no me atreví a tomarlo. Tienen miles de estaciones. Me caminé toda la Gran Vía, desde Plaza España hasta las Cibeles y ahí canté la canción de Sabina, que por otra parte no me crucé para nada. Seguramente está en Buenos Aires.
Esta noche cenaré en el Museo del Jamón.
Recorrido de hoy: fui hasta la Puerta del Sol, de ahí por la calle Mayor hasta la calle Bailén, de ahí hasta Plaza de Oriente (Palacio Real, Teatro Real, antes la Catedral), desemboqué en Plaza España y de ahí a la Gran Vía hasta Preciados, de ahí hasta la Puerta del Sol. Comí en Brans (fast food español). Caminé por ahí, por unas callecitas angostas. Entré en la Iglesia San José (¡horrible!), me tomé un café en Dunkin Donuts (muy yankee) en una esquina. Ya ubiqué donde está El Corte Inglés (los Corte Inglés). Ahora me vine por Atocha (atrás del Hotel), pasé por Antón Martín (donde hay más bares que en toda Noruega) y llegué hasta el Museo del Prado. Hay alrededor de 200 estudiantes intentando entrar. Obviamente me quedaré sin conocerlo. Después de todo en Buenos Aires no frecuento los museos.
Ahora volveré por Atocha hasta Puerta del Sol y de ahí a Preciados (El Corte Inglés)
Estoy tirada, sentada al borde de una fuente en la Puerta del Sol. Mi punto de encuentro. Estoy cansada de caminar. Además, me puse de mal humor porque quise comprar en el Corte Inglés dos CD (Jacques Loussier y Presuntos implicados) y me pidieron un documento que no llevaba encima. Me pareció ridículo. Me sentí extranjera (¿lo soy, no?). Conclusión: no los compré. Definitivamente en Argentina sabemos vivir.
No sé que haré hasta la noche.
Como una cerdita estoy comiendo un bocadillo con crema, almendras, pasa de uva y otras cosas con un café en la calle Arenal. Acá se usa mucho la barra y ahí estoy. Le pedí al mozo que me sacara una foto, pero no le tengo mucha fe. Veremos, veremos.
No me gusta mucho la idea de que voy a estar cambiando de hotel cada dos días, pero bueno así es la cosa. Son las 6 y no sé qué voy a hacer hasta la noche. Hoy me voy a acostar temprano porque mañana madrugo. Tengo que estar a las 8.30 en Pullmantur.
Aquí estoy en los Madriles y ¡no lo puedo creer! Esperando en Pullmantur para salir de excursión. La verdad no sé ni adonde voy y eso es lo que más me gusta. Me pongo un poco loquita con la plata, las tarjetas y eso. Pero si pierdo algo lo pierdo y listo. Me caen bien los “gallegos”.
Espero recordar que saqué una foto en la calle Espoz y Mina y otra en la calle Arenal a una librería (Ginés). Estoy acá esperando mi excursión a Toledo, mirando hacia el Palacio Real, al que todavía no entré. Me da un poco de impresión siendo plebeya Pienso que si Menem fuera español, viviría acá (en estos momentos estoy en la Plaza de Oriente y me está tratando de levantar un señor de unos 65 años, que buen nivel el mío; debería haberle dicho: Nou hablou espaniol).
Mañana quiero caminar todo el día. La excursión a Madrid me mareó. Tanto que pasamos por la Cibeles y miré para otro lado. Quiero ir al Palacio Real, a la Gran Vía, a cambiar plata, etc., ¡ah! Y a los lugares que me dijo Jorge.
Me siguen cayendo simpáticos los lugareños. Por suerte me saqué de encima al señor.
Me olvidaba: comí jamón asado con menestra de verduras y patatas fritas. Pa´chuparse los dedos, hombre. ¡Qué riquito! Y en un barcito de paso. Creo que mi paladar disfrutará mucho estos días.
Me enamoré de Toledo y juro que volveré.
I: averígüeme cuánto exactamente nos correspondería de las regalías urgentemente.
El día de hoy me da la sensación que dura 48 horas.
Descubrí que los argentinos no somos los únicos toscos, también los hay italianos, portugueses (¿o serían brasileños?)
Toledo es de película y no precisamente española. Ya lo decidí: cuando llegue a Buenos Aires empiezo a hablar de Tu.
Ellos tendrán el Prado, pero nosotros tenemos a la Pradón.
Martes 15 de febrero de 2000
Quisiera recordar todos los lugares donde he estado (ya se me pegó). En Madrid: el barrio árabe (¿era así que se llamaba?) , la parte más antigua de Madrid, el paseo del Prado, la Gran Vía, la Castellana, el Parque del Retiro, la Casa de campo. Pasé por la puerta de Alcalá, de Toledo.
En Toledo: la Catedral (impresionante, lástima que no se pueden sacar fotografías). Me dio no sé qué preguntar si todo lo que brillaba era oro; seguramente en esa época no habría pobres... La Sinagoga/mezquita/Iglesia de Santa María Blanca. El entierro del Conde de Orgáz. El Monasterio de San Juan. Pero que lo que más me gustaron fueron las calles, la sensación de historia a cada paso.
Ahora estoy en el comedor del Hotel Persal. Nada que ver con el folleto. Está remodelado.
Hoy caminaré, caminaré, caminaré y mañana: Sevilla.
¡Ah! Ayer a la noche comí tortilla (lo que nosotros llamaríamos omellette) de gambas y espárragos con ensalada mixta y natillas con canela. Una preciosidad. ¿Quién dijo que sólo en Argentina se come bien? Empiezo a sospechar que no vivo en el mejor país del mundo.
¿Cómo será vivir acá, sin saber nada de Marcelo Tinelli, de Guillermo Andino, de Graciela Alfano? Acá yo estoy comiendo en un “fas fu”. Acabo de darme cuenta que ayer estuve en el mismo lugar que hoy pero de atrás (Plaza de Oriente). Claro, no podía ser que hubiera dos Palacios reales. No entré, me da cosa pagar. Quizá a la tarde sea más dadivosa con el estado Español.
Pregunté en un locutorio de Telefónica si había acceso a Internet y no, no había. Mala suerte. Me dan más ganas de hablar por teléfono que de mandar e-mail.
Hoy bajé al subte pero no me atreví a tomarlo. Tienen miles de estaciones. Me caminé toda la Gran Vía, desde Plaza España hasta las Cibeles y ahí canté la canción de Sabina, que por otra parte no me crucé para nada. Seguramente está en Buenos Aires.
Esta noche cenaré en el Museo del Jamón.
Recorrido de hoy: fui hasta la Puerta del Sol, de ahí por la calle Mayor hasta la calle Bailén, de ahí hasta Plaza de Oriente (Palacio Real, Teatro Real, antes la Catedral), desemboqué en Plaza España y de ahí a la Gran Vía hasta Preciados, de ahí hasta la Puerta del Sol. Comí en Brans (fast food español). Caminé por ahí, por unas callecitas angostas. Entré en la Iglesia San José (¡horrible!), me tomé un café en Dunkin Donuts (muy yankee) en una esquina. Ya ubiqué donde está El Corte Inglés (los Corte Inglés). Ahora me vine por Atocha (atrás del Hotel), pasé por Antón Martín (donde hay más bares que en toda Noruega) y llegué hasta el Museo del Prado. Hay alrededor de 200 estudiantes intentando entrar. Obviamente me quedaré sin conocerlo. Después de todo en Buenos Aires no frecuento los museos.
Ahora volveré por Atocha hasta Puerta del Sol y de ahí a Preciados (El Corte Inglés)
Estoy tirada, sentada al borde de una fuente en la Puerta del Sol. Mi punto de encuentro. Estoy cansada de caminar. Además, me puse de mal humor porque quise comprar en el Corte Inglés dos CD (Jacques Loussier y Presuntos implicados) y me pidieron un documento que no llevaba encima. Me pareció ridículo. Me sentí extranjera (¿lo soy, no?). Conclusión: no los compré. Definitivamente en Argentina sabemos vivir.
No sé que haré hasta la noche.
Como una cerdita estoy comiendo un bocadillo con crema, almendras, pasa de uva y otras cosas con un café en la calle Arenal. Acá se usa mucho la barra y ahí estoy. Le pedí al mozo que me sacara una foto, pero no le tengo mucha fe. Veremos, veremos.
No me gusta mucho la idea de que voy a estar cambiando de hotel cada dos días, pero bueno así es la cosa. Son las 6 y no sé qué voy a hacer hasta la noche. Hoy me voy a acostar temprano porque mañana madrugo. Tengo que estar a las 8.30 en Pullmantur.